EL ARTE DIAGUITA EN LAS COLECCIONES DE LOS MUSEOS DE SANTIAGO
Seminario-memoria para optar al título de Profesor de Estado
Santiago de Chile 1966
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ANEXO: FOTOGRAFIAS Y DIBUJOS | |
CATALOGO DE LAS OBRAS |
I. GeneralidadesEn las provincias de Atacama y Coquimbo se encuentra el asiento de una de las culturas más interesantes que han existido en el suelo chileno en los tiempos precolombinos. Esta cultura, reivindicada gracias a hallazgos arqueológicos, es la cultura diaguita, cuyos puntos de desarrollo más notables se han podido localizar en dos cementerios incásicos cerca de Altovalsol en el valle de Elqui. Debemos a la antiquísima costumbre indígena de dotar a sus difuntos de un ajuar fúnebre - consistente en los objetos preferidos durante la vida - el que se pueda tener luz sobre las costumbres y estado cultural del pueblo diaguita. El adelanto cultural de estos pobladores ha quedado perpetuado en numerosos objetos arqueológicos y, en especial, en su alfarería, artísticamente decorada y en artefactos de cobre y plata, utensilios de hueso y piedra, muchos de ellos tallados en forma muy bella. Se ha encontrado, también, en sus tumbas, una gran cantidad de utensilios para tejer e hilar pero, por razones de clima, sus tejidos no se han conservado; sin embargo se cree que deben haber sido tan pintorescos y artísticos como su cerámica. A la llegada de los españoles a América existían culturas adelantadas como las del imperio de los Aztecas en Méjico y el imperio de los Incas en el Perú; culturas en decadencia como la de los Mayas en Centroamérica; vestigios de la civilización Tiahuanaco en Bolivia, y otras culturas como la Chibcha en Colombia, Diaguita del Noreste de Argentina, Atacameños y Diaguitas chilenos. Según Greta Mostny, los diaguitas se situaron en los valles de Copiapó y Choapa y su nombre lo deben a Latcham, quien los llamó así al encontrar similitud con los diaguitas argentinos en tres aspectos: lingüísticos - hay parentezco en el idioma hablado, al cual se denomina "Kakan" - antropológicos y arqueológicos. Agrega este autor que el pueblo diaguita hizo su aparición en el siglo VI o X; su orígen se desconoce, pero se sabe que posteriormente se dividieron en dos ramas que quedaron a ambos lados de la cordillera de los Andes. Según Cornely, los diaguitas ocuparon los valles de Copiapó, Huasco, Elqui, Limarí y Choapa. En la costa habitaban los pescadores, de inferior cultura, con los cuales mantuvieron intercambio.
Centros principales del desarrollo de la cultura diaguita.
CUADRO CRONOLOGICO PARA EL TERRITORIO DIAGUITA - CHILENO
Este cuadro cronológico no tiene més pretensión que presentar una posibilidad y una probabilidad, igual que las cronologías de Uhle y de Latcham, que han servido de base para la presente. El punto débil en estas cronologías lo constituye la edad de Tiahuanaco, cuya variación influiría en la apreciación de todas las demás culturas. Los diaguitas chilenos se diferenciaron de los vecinos argentinos debido al intercambio cultural mantenido con otros aborígenes, tales como los atacameños, tiahuanaquenses, chibchas atacameños, pueblo de Chile central y Incas; con los cuales tuvieron contacto influyéndose recíprocamente. También hay pruebas evidentes que mantuvieron relaciones con diaguitas argentinos: han aparecido en esa región moluscos y mariscos de nuestras costas; a la vez, en Chile se han encontrado objetos de alfarería con decoraciones de la fauna argentina: jaguar, avestruz y quirquincho. La influencia de Tiahuanaco se hace sentir en la alfarería, en la cual a menudo se adoptan formas y decoraciones. Se ha comprobado que este pueblo estaba en la edad de Bronce, pues las sepulturas de los últimos períodos muestran objetos de éste metal: campanillas, cinceles, brazaletes, topus, pinzas, anillos etc. Además, en agricultura se conocía el sistema del cultivo en terrazas y la domesticación de la llama. Latcham asegura que este pueblo, a su llegada a territorio chileno venía con ésta cultura. La influencia incásica se produjo en el último período del desarrollo, y tuvo muy poca duración y no tanta trascendencia como lo han asegurado algunos historiadores, porque, como ya hemos visto, éste pueblo tenía de antes su cultura propia y bastante adelantada. Se ha logrado determinar cuatro etapas o períodos en el proceso del desenvolvimento cultural de éste pueblo: Etapas arcáica, de transición, clásica y por último la correspondiente a la influencia incaica.
1. Período Arcaico Del período arcaico se ha localizado el cementerio de la Quebrada de las Animas, cerca de Altovalsol en el Valle de Elqui. A rasgos generales se puede decir que la alfarería de ésta época consiste en platos semiglobulares decorados interior y a veces exteriormente.
2. Período de Transición De la segunda etapa se encuentran en las sepulturas alfarería decorada que muestra evidente influencia Chincha. Según Uhle y Latcham los Chinchas influyeron primero a los atacameños y luego a los diaguitas. Los Chinchas atacameños influyeron en el país hasta los araucanos. También influyeron en la hoya del lago Titicaca y el Cuzco, de ahí que los Incas llevaran adornos con decoraciones de este tipo. En la alfarería los platos son más planos y decorados exteriormente con motivos como escalas, ganchos, volutas escaleradas y paralelas (Lámina No 3).
3. Período Clásico En éste período aparecen platos con paredes perpendiculares; los dibujos son nítidos. Aparecen, además, platos antropomorfos, decoraciones geométricas pequeñas de una perfección increíble, los primeros jarros pato y en decoración el llamado "cuarto estilo" por Greta Mostny (Lámina No 4).
4. Período de influencia Incaica En ésta época llegaron los Incas y forman centros donde gobernaban los "curacas". Se han encontrado vestigios de ésta civilización en el valle de Elqui, Copiapó y Huasco. Se introducen modificaciones como un nuevo tipo de cacharro, llamado "aríbalo", que son vasos de diversos tamaños, ápodos de cuello estrecho y bien desarrollado, con dos asas horizontales en la mitad o ligeramente más arriba de la zona ventral. Además, platos planos ornitomorfos o con asa, y platos campaniformes.
Entre los mismos diaguitas se notan ciertas diferencias regionales, ya que los que ocuparon la parte norte, comprendida entre Copiapó y Huasco, recibieron mayor influencia incaica. Además, emplearon más colores que los diguitas sureños que vivían entre Coquimbo y Illapel; se encuentran también señales que se trabajó en oro (Lámina No 5). Durante las primeras épocas, en ambas regiones, se comenzó en alfarería con la forma semiglobular; luego evolucionaron cada una por su cuenta.
CEMENTERIOS INDIGENASEl Olivar Al norte de La Serena se encontró el cementerio de El Olivar. Las tumbas presentaban la característica de estar colocadas en grupos que probablemente pertenecían a diferentes clases sociales. Las sepulturas están generalmente construidas con enormes planchas de piedra labradas adecuadamente. La forma es frecuentemente cónica, siendo ancha en la cabecera y angosta hacia la parte inferior; el cadáver se encuentra estirado en decúbito lateral. También hay tumbas rectangulares en las cuales la posición varía, pues se encuentra encogido y de costado. La alfarería pertenece a los tres períodos mencionados anteriormente, los que preceden a la época de dominación incaica, y hay predominio de los objetos decorados sobre los domésticos. Los objetos incásicos que en ellas se encuentran, están totalmente destrozados, al parecer en forma intencional. En Copiapó se encontraron dos cementerios de la época de influencia incaica. Las sepulturas estaban a dos metros de profundidad, separadas unas de otras por pequeñas murallas. Objetos encontrados: jarros patos, vasos dobles, aríbalos, botellas con asas, etc. En otras tumbas se han ubicado gran cantidad de objetos que han permitido determinar, incluso, las profesiones que existían: - Fabricantes de puntas de flechas - Alfareros - Fabricantes de anzuelos - Metalurgos; fundidores de cobre Debido a la intensa humedad de la zona, han aparecido muchos vestigios de objetos perecedores, tales como telares, cestería, maderos etc.
Altovalsol Entre Altovalsol y Las Rojas se encuentra ésta importante hoya arqueológica que reune cementerios de los cuatro períodos:
1. Cementerio de la etapa Arcaica. Queda en la Quebrada de Las Animas. Son sepulturas de tanta antigüedad como las correspondientes a la cultura del Molle. Por los restos hallados se comprobó que ya en ésta época se usaba el cobre. Se encontraron veintidós piezas decoradas con colores rojo, amarillo y negro; el reemplazo del color amarillo por el color blanco indica el final de la época .
2. Cementerio de la época de Transición. Está ubicada a 3 kilómetros del anterior. En las tumbas se emplearon enormes planchas de piedra que se colocaban en forma inclinada sobre el cadaver, de una o dos por línea, de ahí el nombre de "cementerio de Las Lajas Paradas". El ajuar estaba indistintamente a los pies o a la cabecera. La alfarería se conservaba dentro de grandes cántaros semejantes a las urnas sin pulimiento ni dibujo. La alfarería pintada presenta dibujos con motivos diaguitas más toscos que en el período posterior. Los platos adquieren formas más abiertas; las asas de los cacharros son cilíndricas. Se encontraron objetos de cobre y piedra .
3. Cementerio de la época Clásica. Las tumbas están construídas con piedras planas. Predomina la alfarería pintada, que muestra una decoración increíblemente perfecta en su trazado lineal. También se encontró una hermosa urna pintada con estilos de diferentes épocas, objetos de cobre y útiles de hueso.
4. Cementerio de la época de la dominación Incaica. La mayoría de las tumbas habían sido saqueadas. Algunas son semejantes a las de la época de transición con alfarería diaguita; otras, en cistas de piedra (piedras correctamente alineadas en forma rectangular, tapadas con grandes planchas de piedra laja. Son menos profundas que las anteriores y tienen un numeroso ajuar funerario consistente en aríbalos, vasos con paredes rectas, platos de color gris, jarros patos, platos antropomorfos etc. Las diferentes tumbas dan la idea que los cementerios pertenecen a representantes del Inca, que enterraban sus muertos en cementerios diaguitas primitivos, de ahí, que sepulturas hondas sean de los peruanos, en tanto que las cistas son diaguitas. Además de las citadas se han ubicado más de una veintena de cementerios en diferentes lugares de las provincias de Coquimbo y Atacama. Entre los más conocidos tenemos: Los Loros, Bodeguillas, Caldera, Vallenar, Los Infieles, El Arrayán, Punta de Teatinos, La Serena, Peñuelas, Copiapó, El Molle, Ovalle, Conbarbalá, Illapel, Salamanca etc.
Alfarería Se distinguen claramente dos tipos: una domestica, destinada a guardar alimentos sílidos, como semillas, legumbres etc., y una alfarería dibujada, que sirve para actos rituales y usos domésticos. Al igual que la clasificación anterior, se distinguen cuatro períodos: Arcaico, Transición, Clásico y de influencia Incaica. Aparte de los objetos nombrados existe otra variedad de objetos tales como: urnas, jarros patos, objetos de alfarería totémica y doméstica.
Metalurgia. Los diaguitas explotaron las minas de cobre antes de la llegada de los Incas, los cuales, al parecer, introdujeron la extracción del oro y la plata en nuestro territorio, con el objeto de cobrarlos en forma de tributos. Al parecer el bronce fue traído de Bolivia o bien era estaño transformado en forma de pequeñas láminas. Probablemente el uso de los metales fue introducido en Chile por los Chinchas, quienes pasaban por Tihuanaco y el imperio Inca. Entre los objetos hallados se cuentan: aros, cinceles (El Olivar), hachas (Hurtado), cuchillos y tumis, placas muy rústicas de metal, anzuelos, agujas de cobre, brazaletes, manoplas y tres pequeñas estatuas incaicas, dos de oro y una de plata. Se puede afirmar que en una de cada diez sepulturas se encuentran objetos de metal .
Objetos de hueso. El hueso fue muy bien empleado en objetos, esculpidos con verdadero arte. La decoración se aplicó a objetos tales como cucharas o espátulas de costillas de llama. El extremo opuesto a la parte ahusada va tallado con motivos antropomorfos, que a veces representan a dignatarios con indumentarias e insignias de mando y con gorros, o un animal estilizado sobre la cabeza. También se encontraron torteras para el huso; éstas se emplean para hilar y son de formas variadas y de diversos materiales, tales como piedra, cobre, greda o hueso. Otros objetos de hueso encontrados son: roldanas, barbas para arpón, dagas, agujas etc.
Objetos líticos y otros. Muchos de éstos objetos pertenecen al período Neolítico; están cuidadosamente labrados y pulidos. Los más comunes son: puntas de lanza, dardos, flechas, barrenas, raspadores, cuchillos y piedra de moler. Son abundantes los collares de piedra (malaquitas) y conchas. También hay platos de formas escultóricas. Las piedras horadadas pueden haber servido como pesas en las redes de pesca, pero otras, según su tamaño, tenían otros usos. Las perforaciones las hacían frotando una piedra con otra más dura, agregando agua y arena. Las puntas de lanzas, flechas y dardos son muy numerosas, y tienen una gran variedad de formas. Los collares son pequeños discos de 2 mm de diámetro con una perforación en el centro, y que se van colocando en forma intercalada con placas de otros materiales En El Olivar se encontró una flauta de piedra de cuatro voces; aún se conservan de otro material como caña o madera. En La Serena se encontró una que produce doce tonos. En Ovalle se encontró un instrumento semejante a la ocarina, que emite cuatro voces y tiene una decoración peruana. Otros objetos hallados son las llamadas piedras "tacitas", que son piedras o peñascos con hoyos en forma de morteros, labrados por los primitivos habitantes. Según F. Cornely no las fabricaron ni los diaguitas ni los chinchas, ni los pescadores de los conchales. Este hecho plantea una interesante interrogante: ¿Habrá existido otra cultura? En un villorio de pescadores llamado Guanaqueros se encontró una piedra con treinta y dos huecos, que, al parecer, servía para moler y realizar actos rituales.
Petroglifos. Se encuentran tanto en Coquimbo como en Atacama. Son inscripciones en piedra, algo así como dibujos "ideográficos". Se las puede considerar precursores de la escritura porque tratan de expresar un hecho (sucedido o no id.). El procedimiento empleado era dibujar sobre grandes piedras, para lo cual los indígenas se proveían de piedras filudas en forma de cuña, con punta roma. Son notables los petroglíficos de Incahuasi. Generalmente se encuentran en regiones inhóspitas. De preferencia los dibujos están realizados sobre piedras de pátina oscura, en la que resaltan las incisiones. Los Incas, a su llegada, exigían como tributo gran cantidad de charqui, por lo cual los indígenas debían organizar cacerías en lugares montañosos, generalmente cerca de una aguada; de ahí que éstos dibujos parecen transmitir un mensaje de cómo se realizaba ésa operación. Otros petroglifos se encuentran en: Chañar, Domeyko, Ovalle, Combarbalá, Río Hurtado y en otros llanos cerca de alguna aguada.
II. La cerámica DiaguitaDesarrollo, tecnología, decoración y elementos artísticos.
El documento más interesante y completo de ésta cultura consiste en su alfarería, que se ha encontrado en abundancia. Esta alfarería se divide en dos grupos principales: la dibujada o pintada y la doméstica, de color natural u ordinaria, utilizada para calentar bebidas y comidas etc. La alfarería dibujada y pintada no tiene señales de haber servido para poner al fuego - parece que su uso estaba limitado para servir en grandes reuniones, fiestas o en los funerales - pero, según Cornely, no era netamente ceremonial, como señalan otros autores. Hay muchos platos en los cuales se puede fácilmente reconocer un desgaste, especialmente interior, como se pudiera haber originado por un uso continuado. Este desgaste se nota especialmente en los ejemplares que están interiormente enlucidos de color blanco; en éstos platos se ven los fondos como raspados, especialmente hacia el centro. Muchas veces se han encontrado platos quebrados que habían sido arreglados por los mismos indios, uniendo las quebraduras con amarras a través de perforaciones en la greda. Es probable que los platos de los indios diaguitas chilenos no fueron usados para contener líquidos sino para comidas, más bien sólidas, pues dentro de los platos se encuentran conchas de mariscos, huesos de animales y en muchos de ellos, sobre todo en el cementerio "El Olivar", tallos de una legumbre o vegetal que ha brotado (quizá por la gran humedad de éste cementerio), conservándose los tallos que forman un ejambre como un nido en el fondo del plato.
Tecnología y decoración. Se había visto, en la parte Generalidades, que la alfarería diaguita presentaba cuatro etapas netas en su desarrollo: Arcaica, de Transición, Clásica y de influencia Incaica; en éste punto se describirá cada etapa detalladamente, haciendo hincapié en los elementos decorativos de la cacharrería.
1. Epoca Arcaica. Son caracteristicos de ésta época los platos hondos, semiglobulares, de paredes gruesas. Están decorados con rayas gruesas, formando dibujos concéntricos que llenan el plato interiormente y a veces exteriormente. Aparece al final de la etapa arcaica temas precursores del nuevo estilo: triángulos, ganchos y el dibujo escalonado.
Motivos de decorado de la época Arcaica. Dibujo escalonado, triángulos, ganchos.
2. Etapa de Transición. Los diaguitas chilenos decoraron la cerámica, tejidos y otros objetos con dibujos de motivos geométricos, a veces combinados con figuras humanas estilizadas o figuras ornito (pájaros) y zoomorfas (formas de animales). Los platos se hacen más planos, menos hondos, pero conservan su redondez. Con la repetición y combinación rítmica de motivos geométricos básicos como: escalas, triángulos, rombos, grecas y volutas formaban campos redondeados generalmente en una línea gruesa y separados unos de otros por espacios libres o pequeños temas intercalados. Se usan los colores negro, rojo y blanco, en contraste con la época anterior (arcaica), donde se usaron preferentemente los colores negro, amarillo y rojo (a veces el blanco)(Lámina No 13). En la formación del estilo que viene a continuación hay en juego una serie de teorías las que se exponen así: Según Latcham, la mayoría de los motivos en la decoración diaguita chilena son dibujos chinchas (pueblo sureño del Perú, que se expandió hacia el norte de Chile y por Bolivia hasta el lago Titicaca). Según M. Uhle, los chinchas influyeron a los atacameños en el norte del país, innovando el estilo artístico de ese pueblo en una época que él llama "Chincha-Atacameña". Según Cornely, los chinchas, al viajar hacia el sur se habrían introducido en la cultura diaguita chilena, formando, con algunos otros elementos del país, el estilo Clásico de la decoración diaguita.
3. Período Clásico. Durante éste período de desarrollo cambia la forma del plato, que aparece con paredes verticales y decoradas por el exterior. Los decoradores aumentan su repertorio temática y mejoran su técnica, con lo que el dibujo se refina. Aparecen nuevas formas: paltos antropomorfos, los primeros jarros pato y otros vasos decorativos, como los globulares. Los platos antropomorfos son las piezas más numerosas, características y variadas del arte diaguita chileno, constituyen aproximadamente el 85% de las obras. Son típicos de ésta época. Los platos de paredes verticales tienen sus paredes inclinadas hacia adentro o hacia afuera; otros las tienen ligeramente entalladas. Los bordes están pintados de color negro, y los dibujos van en la parte externa. El interior y espacios sin decorar (también el fondo externo) van pintados de rojo, pero, en los platos antropomorfos van enlucidos de color blanco. Los platos antropomorfos presentan generalmente una cara estilizada de hombre; a veces parece un animal o ave. Los ojos son dos anillos negros con un punto central rojo. En otros platos el ojo está representado por un triángulo negro con rayitas hacia abajo, indicando pestañas o lágrimas. La nariz está representada por una raya gruesa y vertical que baja desde el borde negro. La boca es un rectángulo horizontal u óvalo aplastado en que se dibujan los dientes cuadrados o con puntos negros, alternando los superiores con los inferiores, como un engranaje. Algunas bocas prominentes señalan la posibilidad que los diaguitas hayan usado un adminículo para adornar el/los labios. Según Cornely, no podría ser el tembetá de piedra, porque no se ha encontrado en sepulturas diaguitas chilenas.
Motivos de decoración clásica propriamente tales.
4. Período de influencia Incaica. Hasta la etapa anteriormente descrita, el pueblo diaguita había llegado a un adelanto cultural considerable. Este adelanto se hizo notorio en la decoración, nuevas formas en la cacharrería (aparición del jarro pato, platos antropomorfos), tejidos, cestería etc. En la sepultación se establece una nueva modalidad: la cista de piedras lajas, correctamente alineadas y tapadas con grandes planchas del mismo material. Durante ésta etapa descrita (clásica), irrumpen las huestes del Inca Yupanqui en el territorio diaguita en su marcha hacia el sur y los diaguitas chilenos quedan bajo la dominación incaica. De aquí en adelante se hace notoria la influencia de la cultura incaica en la alfarería diaguita: aparece el jarro "arribalo", cántaro con dos asas, de bellas formas; se observa en el norte y centro de Chile; el plato genuino diaguita, de fondo muy abovedado queda de fondo casi plano y con las paredes inclinadas hacia afuera. Aparece el plato campanuliforme, platos planos con asa y con asa zoomórfica (cabeza de ave u otro animal, también denominados "ornitomórficos"). El plato campanuliforme va dibujado por dentro y por fuera, lo que parecía satisfacer el deseo de algunos decoradores de disponer de una mayor cantidad de espacio para dibujar. Los dibujos internos corresponden generalmente a figuras antropomórficas, aves estilizadas, o simples adornos, colocados uno en frente a otro o en cruz, en cambio, el decorado externo a temas geometrizantes, diaguitas (Lámina No 15).
Otros objetos de la alfarería Diaguita. Urnas. Las urnas ocupan el 3% de la alfarería diaguita chilena y el 1% es pintada. La urna chilena, generalmente se compone de un cuerpo cilíndrico y base globular (semiglobular); la decoración es antropomorfa en la parte superior, llevandeo asas en ambos costados en la parte semiglobular, la cual va generalmente decorada con franjas de dibujos geométricos, algunas tratadas en el estilo nuevo. Jarros patos. Parecen haber pertenecido a gente de jerarquía; en sus comienzos tenían verdadera forma de pato, pero, posteriormente, se ha simplificado suprimiéndole colita y alas y la cabeza se ha antropomorfizado. Pertenece por su forma y decoración a la época clásica. la forma fundamental es la de un cuerpo ovalado; las orejas son señaladas con pequeñas protuberancias y la boca por un cuadrado o triángulo. Sobre la cabeza lleva decoraciones geométricas semejantes a un gorro, y los adornos van circundados por una grues línea negra. Los Incas modificaron su forma, la cual se transformó en cilindro con gollete angosto y alto, de asa plana y horizontal con fondo generalmente blanco (Lámina No 15). También se encontró el plato ofidioforme, el cual es abundante en Tiahuanaco y Méjico, no así en Chile. Alfarería Totémica. F. Cornely ha denominado Cerámica totemística a aquella que mediante la representación de algun animal de cualquier especie permite diferenciar un grupo de sepulturas de otras. Es una ormamentación dominante en un cementerio determinado. Al parecer eran clanes que se hacían representar por figuras, ornito o zoomórficas; así, se da el caso de grupos de sepulturas en las cuales se halló solamente el puma; en otras la rana o el perro, la llama o pájaros. Se ha llegado a pensar que el jarro pato también cumplía una función semejante. Durante la época clásica aparece una nueva modalidad denominada "cuarto estilo" por la Dra. Greta Mostny, el cual se distingue por llevar decoraciones con dibujos negros de grandes dimensiones orillados por una línea blanca sobre fondo rojo. Se cree que pueda ser un estilo proveniente de Argentina. Alfarería Doméstica. Es de color terroso gris. No está dibujada ni pulida; generalmente son cantaritos con una asa. La mayoría de estos cacharros son de forma globular asimétrica, con una asa atrás. Algunas veces van decorados con aplicaciones en relieve o incisiones. Tienen el borde vuelto hacia fuera y en algunos casos están decorados rústicamente con una figura antropomórfica estilizada.
Figuras Humanas en Arcilla. Llama la atención el hecho de que no se haya encontrado ninguna figurilla en los cientos de sepulturas excavadas. Esto probablemente se debe a que las figuras humanas no tenían importancia en los ritos fúnebres, lo que se ha hecho pensar a los autores, que su papel en la vida de los diaguitas se referiría a algún culto de tipo doméstico. Según Julio Montané, las estatuillas femeninas sugerirían cierto culto mágico en torno a la fertilidad, pues es corriente la representación de la mujer en estado de gravidez. Para los arqueólogos las figurillas antropomorfas de arcilla tienen especial interés porque ellas permiten diagnosticar etapas de desarrollo, y por constituir un elemento cultural bastante constante dentro del horizonte agroalfarero americano. Se han encontrado figuritas de las etapas Arcaica, de Transición y Clásica; no existen antecedentes sobre la etapa de dominación Incaica.
Cultura diaguita chilena. Figuras humanas en arcilla.
V. Bibliografía
1. Cornely, F. L. (1956). "Cultura Diaguita Chilena y Cultura de El Molla". Ed. del Pacífico. Stgo., Chile. 2. Cornely, F. L. (1962). "El Arte Decorativo Preincaico de los Indios de Coquimbo y Atacama (Diaguitas Chilenos). La Serena, Chile. 3. Márquez M., Fdo,. (1940). "Historia de América". Tomo No 11. Ed. Jackson. Buenos Aires, Argentina. 4. Montané, Julio (1961). "Figuras humanas en las arcillas de la cultura diaguita chilena". Universidad de Chile. Boletín No 22 (Julio, 1961). Stgo., Chile. 5. Museo Histórico Nacional. Inventarios. (Años 1939 - 1950) Stgo., Chile. 6. Museo de Ciencias Naturales. Inventarios. Tomos No 1 y 2. Stgo., Chile. |
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